Creo que nunca había tenido una reacción similar a la que tuve cuando conocí la Mina de Guadalupe. La había admirado en fotos, ya la amaba, ya la traía en la mente, había visto cientos de bodas en este espacio, pero debo admitir que nada de lo que se había cruzado por mis ojos y mi cabeza le hicieron justicia a este lugar que parece traído de otro universo. Esta fortaleza, ubicada en Guanajuato capital, me regaló una experiencia que atesoraré para toda la vida y, por supuesto, me hizo entender aún más por qué este lugar para bodas es uno de los más extraordinarios, con una belleza única y con un poder que nadie se atrevería a ignorar. Hoy te cuento más, mucho más, de Mina de Guadalupe, uno de mis venues favoritos para boda.

Mina de Guadalupe y el porqué de un amor tan inmediato

Tan grande es el tamaño de este lugar como su historia. De entrada has de saber que la Mina de Guadalupe es considerada Patrimonio de la Humanidad, al igual que las minas que recubren el espacio del estado. La entrada a este monumento va descubriendo unos muros que, te lo prometo, a nadie dejarían indiferente. Parece que, en tan solo segundos, puedes tener acceso a una parte del mundo que solo permanece como una realidad alterna para quienes de veras aprecian la belleza y el emblema de una construcción que no se compara con ninguna otra. Son 30 metros de altura los que te reciben: cientos de piedras, columnas que parecen estar dispuestas para la fotografía perfecta y, por supuesto, los derredores naturales que, además, si ves a lo lejos, te permiten ver más de cerca los colores característicos de Guanajuato.

En este lugar para bodas se conjuga lo mejor de dos mundos: un acercamiento por completo a la historia del siglo XVII y, claro está, una nueva oportunidad de apreciar la modernidad y el lujo natural en su mejor expresión. Sin duda alguna, la Mina de Guadalupe enamora por su aspecto pero también por su versatilidad, y es que este espacio histórico se encuentra muy cerca del Centro Histórico de Guanajuato y, por si fuera poco, de una de las iglesias más representativas (y populares entre los novios) para tener una ceremonia exquisita. Los primeros vistazos de este venue te permiten apreciar lo que queda de una de las minas más importantes de la capital, así como una presa que se antoja para una sesión única y un marco eterno para ver, descubrir y enamorarte aún más en tu “sí, acepto”.

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Toda una experiencia para los sentidos en un mismo espacio

Libertad es uno de los grandes conceptos que rodea a la Mina de Guadalupe, y es que los novios pueden aprovechar los espacios de acuerdo con el estilo de boda que han visualizado. Es decir, puedes tener una recepción completa rodeada de los murales de la fachada (solo habrá que entarimar), o bien, puedes hacer uso del salón principal para disfrutar igualmente de un lugar que lo tiene todo. Si ya decidiste tener tu boda en Guanajuato, seguro que esta será la opción idónea para hacer realidad tus más grandes sueños.

Hacia dondequiera que voltees, la experiencia es fascinante. La entrada principal te recibirá con un sinfín de arcos que forman parte del diseño original del lugar, caminos empedrados, paredes con unas texturas y colores perfectos, espacios al natural y un aroma que será la cereza en el pastel en esta ecuación. Los rincones de este espacio se abren para brindarte un sinfín de posibilidades para tu gran día. Aquí puedes desarrollar desde las ideas más elegantes y tradicionales, una tendencia mexicana, hasta las más alternativas, siempre con la garantía de que la Mina de Guadalupe se adaptará para ser la sede de una boda sin igual.

Cada paso te regala un rinconcito que, incluso sin quererlo, te llevarás en la memoria (yo me pasé sacando fotos todo el recorrido). El romance se vive a plena luz del día, o bien, una vez que la noche cae y la iluminación se encarga de transformar al lugar en una suerte de castillo de fantasía muy mexicano. Para tu ceremonia, nada mejor que ese jardincito con una cruz en el centro que tiene grabada la leyenda “Guadalupe”, un marco sin igual para dar el “sí, acepto” y disfrutar, a partes iguales, todo lo que este venue tiene para ofrecer.

La zona utilizada para el cocktail te llevará a dar un viaje por el tiempo, y es que el aroma de la mina permanece con unas notas que, aunque no lo creas, complementarán toda la experiencia con una elegancia única. Cactus, plantas, flores… todo convive en un mismo lugar y te regala espacios inimaginables para inmortalizar los recuerdos más entrañables de tu boda en un lugar que jamás hubieras imaginado. Créeme, las sesiones de foto en la Mina de Guadalupe son sorprendentes, perfectas y con una propuesta artística que pocas veces se repite en otros espacios. Todo conspira para crear una toma que rebase tus expectativas: murales, piedras, caminos, arcos, colores y esa grandeza que solo este lugar para bodas tiene, representa y ensalza desde todas las perspectivas posibles.

Tu boda, como siempre la imaginaste… ¡en Mina de Guadalupe!

El espacio para la recepción te dejará boquiabierta. Es perfecto para que hagas una celebración, aprovechando todo el espacio y resaltando la belleza del lugar. La capacidad es variable, aunque puedes albergar hasta 800 invitados con toda comodidad; sin embargo también puedes hacer modificaciones si es que tendrás una fiesta más pequeña. La pared en el fondo es la que, por lo general, se utiliza como back para la mesa de los novios, y esta se adorna con una iluminación arquitectónica que le da un aspecto distinto y de más carácter a la Mina de Guadalupe. Recuerda que, dentro de las características más especiales que debe tener el lugar de tu boda está la capacidad de transformar cada rincón, y justo aquí se cumple con la regla para que puedas imaginar una celebración extraordinaria. Para disfrutar de todo el carácter, te recomiendo que apuestes por una carpa transparente para que no te pierdas de ningún detalle y tus invitados vivan la magia de este venue.

Y si pensabas que esto era lo único, seguro que también te encantará conocer que la disposición de los espacios en la Mina de Guadalupe están pensados para que lleves a cabo todas las fases de tu boda dentro de esta construcción. Ceremonia (puede ser una bendición o un servicio cristiano), cocktail, sesión de fotos, cena previa a la boda, recepción… todo encuentra su lugar para que experimentes en cuerpo y alma una obra de arte que impone y deja entrever una belleza de Guanajuato que te dejará sin palabras.

Nada es casualidad en la Mina de Guadalupe, un lugar para bodas que no tiene comparación. El amor por este lugar construido en Guanajuato es inmediato; todo es un regalo para envolverte en un escenario de magia, distinción, sofisticación y un lujo sin medida. Estoy segura que, así como yo, te sorprenderás cuando seas testigo de un lugar que, con ese bagaje histórico y esa belleza tan especial, puede convertirse en el escenario más encantadora para darle vida a una boda que refleje tu estilo, tu amor por el arte, la cultura y los monumentos que permanecen y trascienden con su sola presencia. Una presencia que cautiva, enamora y vuelve a enamorar.

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