Debo reconocer que las bodas de cuento de hadas me fascinan, en serio. Me encanta ser testigo de producciones fascinantes, cientos de luces, flores y detalles por doquier. Sin embargo, no puedo negar que me siento más inclinada hacia días planeados bajo una temática casual y sin complicaciones, en donde lo más importante es que los novios e invitados se diviertan a lo grande. No hay nada que pueda hacer al respecto, supongo que mi personalidad siempre se mantendrá atraída a celebraciones así (jaja). Así que si ya le has dado muchas vueltas al asunto y sabes que, definitivamente, no quieres una boda con tanto protocolo, entonces este es tu momento para conocer a detalle cómo tener una boda relajada. Cuando conozcas más a detalle la tendencia “chill out”, ten por seguro que te enamorará por completo.
Existen muchas ventajas en torno a las bodas relajadas, y es que justo por la falta de protocolo y rituales tradicionales, puedes apostar por un diseño diferente y más acorde con la personalidad que tengan tú y tu pareja. De entrada, lo mejor será pensar en un día sin tantos invitados, ya que esto te permitirá tener un mayor margen de maniobra no solo con la elección del lugar, sino también con los detalles, escenarios, flores y demás elementos que quieras sumar al ambiente (aunque siempre puedes llevar el estilo a una boda con muchos asistentes, por eso no te preocupes). Recuerda que este tipo de celebraciones no son para todos, así que debes estar segura de que te sentirás cómoda con tu decisión.
1. Lugar original
No es necesario que elijas los escenarios clásicos para boda que ya todos conocen, sino que te concentres en los detalles peculiares que tendrá la locación. Te propongo que pienses fuera de la caja, apostando sobre todo por terrazas, hoteles boutique con un concepto de diseño original, casonas antiguas (en la colonia Roma existen algunas), restaurantes con ambientaciones creativas y, si así lo deseas, viñedos. Fíjate muy bien en los colores del lugar, así como en las texturas y en la personalidad que tenga. Con esos parámetros podrás construir el diseño de tu “sí, acepto” utilizando todos los espacios y marcando ligeras modificaciones en ellos. El objetivo es que la sola presencia del venue refleje el toque “chill out” de tu celebración.
2. Apuesta por mobiliario cool
Entender cómo tener una boda relajada también implica saber que la celebración, por más casual que sea, necesita tener una propuesta visual y estética inigualables. Para ello, qué mejor que elegir distintas propuestas de mobiliario. ¿Recuerdas la sala y el comedor de Monica en Friends? Lleva ese mismo espíritu de contrastes y diseños distintos a la decoración, con ello tendrás un resultado más interesante y con acentos nunca antes vistos en las bodas convencionales. El hecho de elegir pocos invitados te permitirá pensar en una inversión que esté inclinada hacia los detalles, en vez de enfocarte 100% en la producción. Recuerda que entre los estilos para decorar una boda 2019 lo que más llamará la atención es la combinación de tejidos, textiles y texturas, así que esta es tu oportunidad para jugar con el terciopelo en tonos intensos y muy enérgicos.
3. Comfort Food
¡Ay sí! Si de relajación se trata, lo primero que debes pensar es en comida que alimente el espíritu y engrandezca la calidez de tu boda. Aunque no lo creas, este tipo de menú garantiza que tus invitados se sentirán aún más felices por compartir una ocasión tan linda contigo. Puedes integrar en las opciones: Pizza, Mac & Cheese (puedes sumar distintos toppings para mejorar la experiencia), crema de tomate, pasta, grilled cheese sandwich estilo gourmet, postres que lleven la receta de la familia, ¡y mucho más! Para mantener el carácter casual, apuesta por un banquete vertical, estilo food truck o de estaciones, ya que así los invitados podrán interactuar más de cerca con todas las opciones y, ya de paso, convivir con los demás.
4. Rincones de plática
Seguro habrá invitados que deseen un break para fumar y platicar, así que piensa en ellos y diseña espacios con una propuesta de diseño encantadora. Piensa en áreas lounge sin esos muebles que ya has visto por años, y mejóralas con sillones, tapetes, cojines con colores interesantes, mesas de centro, detalles geométricos y acentos en tonos metálicos. Piensa en llevar a la realidad, justo ahí en tu boda, una página de tu revista de arquitectura e interiorismo preferida. El objetivo es que todo el espacio se convierta en una oportunidad para ser el escenario de muchas fotos que verás en Instagram y que, sin duda, te recordarán al día de tu boda. Con rinconcitos como este, los asistentes se sentirán más cercanos y, tenlo por seguro, ellos solos mejorarán aún más el ambiente de convivencia para vivir una fiesta ¡extraordinaria! No pierdas detalle de las ideas creativas para tener una boda diferente.
5. Hay vida después de las bebidas clásicas
Por eso te recomiendo que pienses en cocteles personalizados, una barra de cervezas artesanales, mezcales o, incluso, de cold brew. Recuerda que todas las bebidas deben estar pensadas para las personalidades que se hagan presentes en tu boda, así que tampoco dejes de lado las opciones sin alcohol. Piensa en sabores diferente que, además de consentir el paladar de todos, también marquen armonía con el destino y el lugar que has elegido para la boda.
6. Montajes personalizados
Uno de los grandes retos de una boda relajada es entender en qué lugar mejorar los acentos para que el entorno se vea mejor. Las mesas suelen ser un gran escaparate para que reúnas todos los objetos que formaron parte de la inspiración, así que tómate el tiempo necesario para elegir ornamentos que rompan con el estereotipo y que marquen la propuesta de tendencia en tu boda. Con tan solo algunos menús personalizados, combinación de textiles, centros de mesa, figurines de animales o detalles para cada invitado, conseguirás que el banquete tenga un carácter muy atractivo e interesante. No se trata de rellenar, sino de utilizar cada objeto con un propósito preciso y que no formalice la ambientación.
7. Código de vestir
Por supuesto que debíamos hacer una parada obligada en este tema. Los invitados y el código de vestir son tremendamente importantes al pensar en cómo tener una boda relajada. Para ello, te propongo dejar muy en claro el tipo de vestidos que podrán usar las chicas: vestidos fluidos, estampados florales, colores intensos, mangas con volumen y tocados atrevidos. Del lado de los chicos, los trajes en colores como el cereza y el púrpura, acompañados con sombreros, tirantes o tenis, serán suficientes para que vivan la tendencia “chill out” al máximo. El objetivo de este tipo de celebraciones es que todos tengan la oportunidad de mostrar su estilo sin reservas, al tiempo que armonizan con cada uno de los detalles elegidos para el gran día. Si quieres que la ecuación de estilo se complemente al máximo, entonces comparte con ellos la gama de tonos que has elegido para que tengan un repente claro de qué tonalidades usar y cuáles dejar fuera para la ocasión.
8. Look de los novios
Finalmente, no eches de menos este tema tan crucial. El look que elijas para ese día dejará más en claro el tipo de boda que tendrás, así que te recomiendo que elijas un vestido de novia sencillo, o bien, un diseño con ligeros detalles como lazos, bolsas o, por qué no, un buen jumpsuit para novia que puedas acompañar con un maquillaje y peinado naturales. En el caso de los zapatos, te propongo apostar por los tenis (los normales, olvídate de los que traen tacón), ya que con ellos podrás bailar toda la noche y no tendrás que martirizarte por las alturas tremendas de los tacones. Si se trata del peinado, nada mejor que una coleta o una melena suelta con suaves ondas marcadas. Para tu novio, un traje clásico acompañado con tenis de diseñador (a mi novio le encantan los Off-White), tirantes y mancuernillas. La corbata se puede dejar de lado, aunque todo dependerá del estilo con el que se sienta más cool.
No dejes de lado ninguno de estos consejos y, si te late la idea, arriésgate a vivir una nueva experiencia “chill out”. Ahora que ya sabes cómo tener una boda relajada, solo hace falta que pongas atención en los detalles y en todo aquel elemento que transformará por completo tu “sí, acepto”. Atrás quedaron las reglas y los protocolos, ahora te toca diseñar una boda bajo tus propias reglas. No hay más.