Tengo tantas referencias sobre Nueva York que, cuando vi esta sesión, no supe si buscaba verla como parte del cast de Friends, o bien, como una mezcla de Hannah Horvath y Marnie Michaels paseando con los audífonos puestos. Al final me elegí a mí y, por supuesto, a la canción que supuse estaría sonando de haber estado ahí con Bianca y Tom: “Message of Love”, de Pretenders. Lo que sí es un hecho es que, incluso a la distancia, lloré y me emocioné. No sé si fue esa pila de libros, el arte urbano, el ojo de Carlos Elizondo, la magia que se esconde en un amor tan genuino o la mezcla del todo. Ahora te toca a ti ser parte de este elopement en Nueva York con un sentido estético tan original, cool y urbano al que no podrás resistirte.
Carlos Elizondo cuenta esta sesión como si se tratara de abrir la página de un libro y sumergirse en la historia hasta el final. La intimidad me emociona al máximo, y más cuando son los mismos novios quienes se preparan, se arreglan y se disponen a disfrutar un día en donde los compromisos se olvidan, el protocolo queda de lado y la existencia se concentra en ellos dos… nada más. Eso, justo eso, es lo que me enchina la piel de este elopement en Nueva York. Una pausa en una de las ciudades con mayor movimiento en el mundo, con cientos de personas compartiendo el camino, con un reloj que parece ir a mil por hora; ahí, en medio de ese caos, de pronto Bianca y Tom encontraron el escenario ideal para compartir, prometer, vivir y trascender para siempre.
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Entre motivos urbanos, un sinfín de colores, propuestas abstractas y los clásicos edificios que han formado parte de un sinfín de referentes, Bianca y Tom, acompañados de Carlos se dieron a la tarea de conquistar cada rincón de Nueva York. Bien dicen que esta es la ciudad en donde los sueños se hacen realidad; sin embargo este par parece haber vivido el gran sueño de su vida sin la necesidad de su entorno y de aquello que los rodea, dependiendo únicamente de uno y de los dos. La claridad en las miradas, la naturalidad de ambos, la sonrisa de Bianca y ese dejo de no pensar en las complicaciones, hicieron que cada segundo de este festejo en donde el menos se volvió más fuera protagonista único de la ecuación.
Tan solo se necesitó de unos minutos, de palabras valiosas, de sonrisas y de las inminentes lágrimas de felicidad para que este par viviera aún más en consciencia su amor para la eternidad. El amor verdadero se nota a la distancia, y ellos, Bianca y Tom, son el ejemplo perfecto de que la transparencia es amiga de lo sempiterno… de quien promete sin intereses, de quien ama y se entrega; de quien no espera y que, a cambio, lo recibe todo.
Y es que en serio no… no existen los parámetros de inversión, el número exacto de invitados, las tendencias perfectas, los conceptos idóneos y sin conflictos. En una boda, en un elopement como este en Nueva York, solo falta saber y estar conscientes de que la decisión de amar corresponde a dos y no a más. La esencia de ese día se concentra en ti, en tu novio y en esa imagen que busques recordar para todos los días, pero más allá de todo y de todos… son ustedes, su esencia, inspiración y el arte que los rodea.
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Ahora sí, vive y revive el paseo por este elopement en Nueva York y déjate sorprender por todas las ideas, los colores y la lluvia de inspiración que toman forma en sonrisas, lágrimas, fotografías, arte, colores, texturas, calles, y mucho más. Estoy segura de que esta sesión de Bianca y Tom ¡te conquistará! También te recomiendo: Elopement en San Miguel de Allende.
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