Hace muchos años, aproximadamente 20, cuando no existía la fotografía digital, fotógrafos y no fotógrafos teníamos que esperar a que un proceso un tanto tardado se llevara a cabo para poder ver las fotos que tomábamos.
¿Qué implicaba esta espera? Como fotógrafo profesional no podías distraerte, ya que muchos factores entraban en juego: sensibilidad de la película, tipo de luz, velocidad, diafragma, exposímetro, si tenías rollo de color o blanco y negro, y además había límite de tomas (para una sesión se usaban 5 rollos de 36 fotos, lo que nos daba un total de 180 posibles fotografías ¡solo 180!). Ahora por sesión tomo 500 fotos mínimo y por boda 4000, técnicamente me da inmediatez y seguridad en que todos los elementos que conviven en tomar una fotografía están bien y entregaré un buen trabajo.
Es una ventaja técnica entregar las fotografías a días del evento y verlas directo de la cámara a la hora de la toma, pero hemos perdido el misterio de la imagen latente.
Imagen latente es un concepto técnico dentro del mundo de la fotografía, es la película expuesta, pero no revelada; en este lapso de tiempo la imagen está pero a la vez no está. La imagen latente es invisible, filosóficamente este concepto me maravilla, y es que qué puede haber más romántico y misterioso que una imagen que no se ve pero que existe, una imagen que solo se puede ver por medio de otro proceso que necesita de un tiempo de espera como condición.
En general, como sociedad perdimos ese tiempo de expectativa, perdimos el poder imaginar qué nos espera el revelar la imagen latente… queremos todo ya y ahora. Si pensamos algo queremos que todos lo sepan y lo publicamos en twitter, si vemos algo queremos que todos lo vean y lo publicamos en Instagram, sin editar, sin pensar, esperando reacciones y emociones inmediatas.
Pero, ¿qué pasó con el tiempo en la pandemia? Aún estamos expuestos a lo inmediato, pero seguimos en espera. No sé ustedes, pero hay días que siento que el tiempo se petrifica, que los días y proyectos quedan capturados como imagen latente, dentro de una película expuesta, algo que está, pero no podemos ver, que es invisible.
Llevamos 6 meses en pandemia y a la fecha aún no hay nada claro, los que nos dedicamos a trabajar en eventos tuvimos que revelar proyectos latentes para poder generar algo de trabajo, los novios han tenido que saber esperar y aún no tenemos nada revelado y claro.
El tiempo en esta pandemia nos ha enseñado a que dentro de la inmediatez que vivimos aún hay que esperar, posiblemente el tiempo de espera sea un regalo. Habrá que aprender a verlo de esta manera.
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