La familia real fue noticia este fin de semana pasado, y es que una boda fue ocasión para hacer remembranza de la historia que envuelve a estos personajes. Además de que estas celebraciones siempre son dignas de admiración por la producción que hay en ellas, esta fiesta fue aún más significativa no solo por la historia de amor, sino por haberse llevado a cabo en medio de una pandemia que recorre al mundo. Fuera de todo lo negativo, el look de novia de Beatriz de York fue referencia en tres puntos focales que hoy te comparto. ¡Seguro te encantará su significado!

El “algo nuevo, algo prestado y algo azul” es parte de las tradiciones de boda más antiguas, y al parecer Beatriz de York se lo tomó muy en serio (¡qué bueno!). Su look de novia contó con varias piezas que, además de ser lindísimas, llevaban consigo un mensaje muy significativo. Como bien dicen, nada es casualidad, mucho menos cuando se trata de la realeza.

La pareja pasó por varias cancelaciones en torno a la celebración de su boda por el Coronavirus, pero la fecha especial por fin llegó y fueron muchos detalles los que conquistaron a propios y extraños. De antemano, el festejo íntimo, uno de los formatos de bodas post Covid-19 que, sin duda, ha cobrado extrema popularidad. Y, para hacer todo aún más especial, tres complementos importantísimos que fueron el referente de un estilismo real.

La boda entre Beatriz y Edoardo Mapelli se llevó a cabo en la Capilla Real de Todos los Santos, ubicada en el Gran Parque del Castillo de Windsor, un rinconcito precioso plagado de arcos de flores, naturaleza y unos derredores para soñar.

El vestido de novia, un homenaje a su abuela

¡Así es! Parte el efecto cautivador que tuvo el look de novia de Beatriz de York fue la elección del vestido de novia, un diseño vintage que en algún momento perteneció a su abuela, la reina Isabel II. La creación de Norman Hartnell ha destacado a lo largo de los años por la historia que tiene. Se trata de un diseño en color blanco roto confeccionado en seda de tafetán, mangas de organza que le fueron añadidas y un cuerpo con aplicaciones de pedrería.

El estilismo fue modernizado con base en la personalidad de Beatriz de York, y quienes fueron los encargados de transformar el look fueron Angela Kelly, estilista de la reina y, por otra parte, el diseñador Stewart Parvin. Lo mejor de todo es que el vestido fue utilizado en muchas ocasiones, no solo en la boda.

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La corona imperial, una joya de ensueño

Como un miembro de la realeza, Beatriz de York complementó su look de novia con una corona, una de las joyas tradicionales para los actos oficiales de la familia real. Para personalizar su imagen, la novia también se decantó por un hermoso velo lo suficientemente largo para acompañar la estética vintage de la boda en general. El ramo en tonos rosados fue el acento ideal para reinventar el romance de pies a cabeza.

Los zapatos, un guiño a Kate Middleton

Para continuar con los significados en esta boda, los zapatos también fueron unos accesorios dignos de destacar en el look de novia de Beatriz de York. Se trata de unos tacones de ante y diamantes, los mismos que utilizó cuando se celebró la boda entre Kate Middleton y el príncipe William, por allá del 2011. Una muestra clara que son las piezas atemporales y con historia las que pueden transformar un estilismo nupcial en toda una declaración de moda.

Una boda extraordinaria y un look que, aunque muchos han criticado, para mí es una muestra clara de lo que viene en tendencias nupciales. Porque el vestido de novia siempre (siempre) debe ser extensión de quien lo usa y un foco importante que marque la narrativa del “sí, acepto”. Claro, con unos buenos accesorios que acentúen el estilo al máximo. Y a ti, ¿qué te pareció el look de novia de Beatriz de York?