Todo se basa en crear un contexto apartado, en donde solo dos personas existan y sobre las cuales se desarrolle una historia fascinante. Me encanta ver bodas no solo por la sorpresa que se guarda en cada toma, sino por la mezcla de emociones que se conjugan en mí (sí, siempre termino llorando un poco). Eso fue justo lo que me pasó con la boda de Ana Lo y Juan Carlos, un día cargado de misterio, de romance y, por supuesto, de escenarios que se alzaron como verdaderas obras de ate plagadas de inspiración. Te van a encantar las fotos de Light Walkers… ¡te lo aseguro!
Los novios
El entorno fue perfecto, y es que nada es tan increíble como la calidez propia de Morelos. La elección para celebrar la boda de Ana Lo y Juan Carlos fue la Hacienda de Chiconcuac, una de las locaciones predilectas de muchas parejas. Un marco cargado de tintes en color verde y majestuosidad le daba carácter al arreglo de Ana Lo, quien en todo momento lució feliz por su gran día. Para su look, nada mejor que un vestido de novia línea A con escote corazón y acentos en pedrería. El maquillaje se encargó de darle un énfasis brutal a su mirada y, como si se tratara de un regalo extra, también a su sonrisa. Juan Carlos, por otra parte, lució genial con un traje en color azul y una corbata en tono rosa blush.
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First Look
El primer encuentro, como ya era de esperarse, fue uno de los momentos clave del día. Ambos no pudieron contener su emoción al verse por primera vez vestidos de novios y listos para cumplir un sueño más… el mejor de sus vidas.
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La ceremonia
La ceremonia se llevó a cabo en la capilla del lugar, un espacio con acabados de ensueño, elementos avejentados y texturas ideales para darle un toque artístico y muy inspirador al “sí, acepto” de este par. Los novios no dejaron de sonreír en ningún momento y se entregaron por completo a la promesa de un amor eterno. Al término, la salida fue sensacional y los abrazos de los invitados no se hicieron esperar.
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La recepción
Para la recepción, el lugar ya los esperaba con un montaje en el que sobresalían la mezcla de cristales, flores de nube y rosas, faros y un sinfín de elementos naturales. El banquete estuvo a cargo de Banquetes Kunz, una empresa legendaria en consentir a todos con platillos deliciosos. La propuesta de sabor estuvo aderezada no solo con sabores interesantes, sino con tonalidades llenas de energía para darle un sello ideal al banquete.
Y, para finalizar, el baile de los novios. Un momento lleno de magia, de luz y de una vibra digna de cuento de hadas.
Sin duda, la boda de Ana Lo y Juan Carlos es una oda a la magia, al arte y a aquellos espacios que se vuelven lluvias de ideas únicas. No pierdas detalle de cada uno de los detalles que se esconden en este día de ensueño. Si quieres seguir el trabajo de Light Walkers, no te olvides de seguirlos en su Facebook e Instagram.