Puede ser que al principio de la relación todo parezca miel sobre hojuelas, un mundo perfecto en donde los problemas no existen y donde solo te ves rodeada de bombones y perfección; sin embargo mientras avanza el tiempo de convivencia todo cambia, sobre todo cuando llega el momento de platicar sobre el matrimonio y su próxima vida juntos. Aunque los astros no escriben el futuro de su noviazgo, y aunque las variables pueden cambiar de una pareja a otra, lo que sí es cierto es que, con base en ciertos cuestionamientos, puedes saber más o menos qué tipo de futuro te espera. Por eso, acá te comparto las 10 preguntas que debes hacerle a tu pareja antes de casarse.
1. ¿Vamos a tener hijos?, ¿sí o no y por qué?
La realidad es que muchas personas prefieren esperar el momento exacto para conocer la respuesta a esta pregunta, pero este tema es uno de los más importantes cuando una pareja se prepara para el matrimonio. Si no quieres toparte con sorpresas a la mera hora, lo mejor es que dejes todo claro desde el principio: ¿sí quieren hijos?, ¿cuánto tiempo se van a esperar para tenerlos?, ¿qué pasa si alguno de ustedes no puede procrear?, ¿se van a cuidar con algún método anticonceptivo o no?, ¿cómo serán sus roles como padres una vez que lleguen los pequeños? Como podrás darte cuenta hay toda una ciencia detrás de tener un hijo, y si se animan a contestar estas preguntas seguro el proceso será más amable con ustedes.
2. ¿Cómo nos vamos a dividir los gastos?, ¿quién paga qué?
Otro de los temas cruciales y uno de los que se tienen que explicar con peras y manzanas. Definitivamente, antes de casarse debe quedar muy en claro cómo será el presupuesto una vez que inicien su matrimonio, cómo se dividirán los gastos, cuál será el papel de cada uno en este tema (seguro habrá chicos que prefieran pagar todo, o bien, también seguro tú quieres aportar mucho más a todo lo que tenga que ver con su casa). Antes de pensar que todos estos temas se arreglarán por arte de magia, mejor tómate el tiempo necesario para que ambos tengan muy claro cómo será su desempeño en este tema. Entre menos áreas grises haya, ¡mucho mejor!
3. ¿Cómo vamos a resolver los problemas?, ¿qué hacían tus papás cuando se peleaban?
Con un poco de organización ¡todo puede funcionar! Claro que deben estar conscientes que, aunque seguro tendrán muchísimos días buenos, también habrá momentos en los que ambos mostrarán sus verdaderos colores y es mejor prevenir antes de lamentar. Estaría buenísimo que acordaran si van a tener un espacio específico para discutir, o bien, si de plano estará prohibido discutir dentro de su casa. También es bueno que tengan claro si podrán gritarse aunque sea un poco, o si de plano todo tendrá que hablarse en plena paz. Si necesitan un punto de referencia, seguro también les servirá analizar cómo discutían sus padres, ya que seguro a través de ellos podrán repetir patrones o, en su defecto, olvidarse de las conductas negativas.
4. ¿Y qué onda con la religión?, ¿vamos a tener algún tipo de fe o no?
Este tema parece de lo más “mocho”, pero es de gran ayuda tomarlo en cuenta antes de casarse. Si uno de ustedes profesa una fe desde pequeños, y el otro de plano casi nunca pisa la iglesia, entonces es mejor que desde el principio acuerden cómo será este tema en su matrimonio. Puede ser que la religión sea uno de los elementos primordiales para alguno de ustedes, y en ese sentido habrá que ver qué tanto cederá la otra persona o qué tanto tendrán que buscar un punto medio para que todo funcione. Aunque este tópico es fácil de llevar mientras están solos, sí tendrán que darle una buena pensada antes de que lleguen los hijos; de otro modo se van a sentir perdidos. Si tienen una religión distinta, entonces con mayor razón hay que ponerse de acuerdo ¡cuanto antes!
5. ¿Qué pasa si me enfermo o me quedo sin trabajo?, ¿entras al quite o no?
A ver, aunque se asume que el matrimonio es un compromiso para toda la vida, existen momentos que seguro pondrán a prueba mucho de su esquema de valores. Por eso, tomando en cuenta la parte financiera, es importante conocer qué pasaría si alguno de los dos se enferma de gravedad o se queda sin trabajo. ¿Cómo funcionará la dinámica?, ¿podrán sobrevivir con el ingreso de uno solo?, ¿la otra persona tendría que trabajar más?, ¿tienen algún tipo de seguro?, ¿están dispuestos a enfrentar las pruebas más severas?, ¿se van o se quedan? A veces es conveniente poner sobre la mesa los escenarios más descabellados para conocer de qué forma reaccionaría tu pareja; si él o ella de plano no está dispuesto/a a entrar al quite por los dos, entonces es mejor que lo pienses dos veces antes de decir “sí, acepto”.
6. ¿Qué tan importante es el sexo?
Y no, es que en serio no se trata de crear una dependencia física con la otra persona, sino que debe haber una intención de conocer cuáles son las perspectivas de cada uno sobre este punto. De entrada, la sexualidad es uno de los caminos que fortalecerán su intimidad al máximo, y es que se trata de un canal de comunicación que, fuera de parecer una película de esos canales medio extraños, es una forma en la que ambos conviven sin tener que preocuparse por nada más. Es una forma de entablar diálogo, al tiempo que se disfrutan y se divierten como nunca, así que vale mucho la pena conocer en qué escala de importancia está este punto en su relación. En serio, no se olviden de hablar de este tema.
7. ¿Cómo necesitas sentir mi amor?, ¿qué tengo que hacer?
Lo más común sería pensar (y concluir) que decir “te amo” todos los días es suficiente; sin embargo cada persona siente el amor de formas muy distintas. Hay quienes necesitan pasar tiempo de calidad con la otra persona, recibir regalos, tener muestras físicas de cariño, afirmación o actos de servicio (si necesitan más ayuda, entonces compren “Los 5 lenguajes del amor” en Amazon. Este libro los va a salvar de un mega apuro). Una vez que lo tengan claro, entonces será más sencillo encontrar los caminos propicios para que tu pareja siempre se sienta querida. Si él o ella necesita que todos los días le recuerdes lo especial que es, entonces ¡hazlo! Si necesita sentir un abrazo, o bien, que lo/la llenes de detalle, aprovecha la ocasión y ¡consiente al amor de tu vida!
8. ¿Cuáles son las cosas que te molestan de mí?
En este punto, sí es importante aclarar las conductas de las que pueden prescindir. Por ejemplo, puede ser que a tu pareja le moleste que todo el día estés pegada al celular checando Instagram (ups, jaja.), o bien, que de plano no aguante que todo el tiempo estés de malas por los pendientes del trabajo. Hay que dejar de manifiesto si el comportamiento con el otro sexo es el adecuado o si se pueden cambiar algunas conductas, así como entablar un balance para que los dos puedan vivir en paz con sus defectos. Tampoco se trata de cambiarse por completo, sino de llegar a un acuerdo para que todo fluya mejor en su relación y se olviden de los problemas constantes.
9. ¿Qué es lo que más te gusta de mí?, ¿cómo puedo sumarte?
Ya después de lo negativo, qué mejor que ensalzar todas aquellas cualidades que te enamoraron de él o ella, ¿no crees? Para eso, te recomiendo muchísimo que hagan los dos una lista con lo que más admiran del otro: su forma de ser, su ternura, la forma en la que afrontan los problemas, la voluntad que tienen para cuidarse a pesar de todo, el deseo por impulsarse a ser mejores personas; vaya, ahí hasta puedes incluir el físico ¡sin ningún tipo de problema! El objetivo es que tu novio se sienta validado completamente por ti y esté seguro de que tú eres la mejor persona para hacer un equipo de ensueño en su matrimonio (lo mismo va para él, ¿eh?).
10. ¿Cómo será nuestro futuro?
Sin duda, una de las preguntas más importantes que deben hacerse antes de llegar al altar. Es vital no solo que ambos compartan un esquema de valores similar, sino que tengan una visión clara y armónica sobre el futuro que los espera. ¿Cómo se ven en 10 años?, ¿qué estarán haciendo?, ¿dónde vivirán?, ¿ya tendrán hijos o no?, ¿tendrán una situación financiera estable?, ¿viajarán o preferirán quedarse siempre en casa?, ¿tendrán un negocio juntos o cada quien seguirá haciendo lo que sabe por su cuenta? Todas estas respuestas les plantearán un esquema claro sobre el panorama futuro de su relación, porque de otro modo no podrán vivir de la química y el romance de los primeros años. En serio.
Ahora sí estás más que lista para animarte a dar el gran paso. Recuerda que un matrimonio va mucho más allá de la ceremonia religiosa y esa fiesta con la que tanto sueñas, y es que se trata de una fórmula de vida que tendrás que resolver todos los días. No basta con llenarse de besos y pelearse a veces, sino de crear una dinámica en la que ambos, además de ser mejores amigos y esposos, también se asuman como un equipo a prueba de todo.
¡Mucha suerte!